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Arriba de la azotea.
Diego comenzaba a perder mucha sangre luego de que el mordisco de aquella cosa que no tenía ni nombre ni identidad se hiciera presente, ahora su hombro está infectado con ET y lo debilita a cada segundo.
(Nada lo para... En serio, ¿Qué es esto?, ¿Lo tenían guardado los Paradiknight?, ¿Era una trampa?)
Es ahí que con ese pensamiento, la cosa termina yendo rápidamente para intercambiar golpes una última vez con aquella lagartija. Tiene la absoluta ventaja... En cuanto al Orgullo, este estaba siendo protegido por la cosa, aún inconsciente. Tiene mucho que agradecerle, sin debilitarlo antes, esta batalla se hubiera alargado.
Con varios cadáveres de lagartijas a sus pies, acorrala sin problemas al rubio.
(Rayos... Sé que ese niño me cansó, pero esto es ridículo, ve y responde a todo lo que le lanzó, se regenera de los daños y Scary Monster no parece afectarle...)
Es el peor tipo de enemigo para él. Acto seguido, las plumas de su espalda son lanzadas a todo el edificio y milagrosamente son esquivados por el lagarto.
(Es el peor tipo de enemigo para mi, ¿Debería retirarme? Está al nivel de un dedo... En serio... Tal vez hasta pueda morir aquí.)
Entre esos pensamientos, la cosa se vuelve a acercar. Fácilmente debe intercambiar golpes una vez más hasta al fin poder darle uno del que se arrepienta... La enorme coraza biológica no tiene aperturas, y si se las hacen, puede repararlas.
Diego al ser un combatiente puramente de contacto tiene pocas oportunidades.
Tras ese pensamiento, un golpe metálico cae en el suelo y genera una chispa, aquella chispa rápidamente se transforma en un potente llamarada delante de Diego que consume a la cosa... Esta tarda unos segundos en salir. Diego sonríe al ver al responsable.
—
Cinco minutos... ¿No puedes dejar de causar conflictos internacionales...?, ¡¿Por sólo 5 minutos?!
—
Oye, oye... Oye... Que aquí la víctima soy yo, solo tomaba mi café tranquilamente y empezaron un intento de secuestro, ¿O eso es un saludo estos días? —Brando responde al grito ensordecedor de su aliado hurgando su oreja.
Ya está tranquilo. Una batalla solitaria, aunque pudiendo ganarla con sangre, sudor y lágrimas ya no es una opción, con dos de ellos, uno cubre las debilidades del otro... En teoría.
—
¿Y eso? —El muchacho señala con la tubería a la cosa.
—
Dímelo tú... No tengo ni idea. Parece ET... —Y le responde mientras se encoge de hombros.
La criatura se lanza nuevamente a por la cabeza de la lagartija otra vez, pero el nuevo se pone por delante.
—
¿Quieres ver un truco?
Y le hace lo mismo. La llamarada ahora los envuelve a ambos aliados, y es así que se retiran del combate. Dejando a la cosa esa como un gran tonto tomado por el pelo... La cosa baja la mirada a la escena del auto y decide que es mejor retirarse igual.
...
La batalla ya había terminado. Las sirenas se acercaban y al parecer Kurapika tenía la situación bajo control en el mismo momento en que ambos rubios en la azotea se retiraban de la escena.
Al escuchar cómo Leorio le señala y acusa de forma despectiva sobre sus ojos, es que los abre completamente en sorpresa, como si hubiera recordado algo, y es que se esforzó demasiado en detener a las lagartijas, tanto que sin querer sus ojos se volvieron así.
Cubre uno con una mano y cierra el otro, no los vuelve a abrir sino hasta varios segundo después, le da vergüenza, debe calmarse primero. Y eso que supuestamente ya podía cambiar su color a voluntad.
—
Lo que soy no es importante ahora mismo, ¿O sí? Sobreviviste, eso es lo que importa... Para ser una persona normal, fue un excelente trabajo.
Comparado a una persona normal que ya estaría en el estómago de esos lagartos, aunque sin saberlo podría estarlo insultando, ya que no es una persona normal la que casi muere por simples secuaces.
No se niega a acercarse
para besarlo, de hecho probablemente debía ayudarlo a salir de ahí si es que la policía no llegaba.
—
Tú... De verdad solo empeoras la situación con cada cosa quehaces. Idiota.
Eso no se lo dijo a Leorio, sino a él, aunque pudiendo interpretarse al contrario antes de caer por el cansancio. Es así que Kurapika aún puede seguir lidiando con todo y el de pelo morado sale ya del escondite donde guardaba a Miura.
Al mismo tiempo, la policía toma control del área y la mujer se acerca.
—
Tienes muchas cosas que explicarle al Padrino, Kurapika... —La mujer, la ira, ya sabe que no lo van a arrestar, pero sí a interrogar.
—
Una ambulancia.
—
¿Así que me ignoras?
—
No nos beneficiará que él muera... Una ambulancia. —La pide usando como excusa al chico, pero pensando más en sus propios familiares.
...
En un lugar casi desolado, casi como si fuese un desierto, alguien sale de una base subterránea, de qué o para qué, o el qué estaba haciendo ahí dentro era un completo misterio... Pero estaba siendo seguido muy de cerca por alguien de cabello púrpura.
Aquel hombre de bata y cabello negro le da una mirada y pregunta.
—
Me pregunto, ¿Por qué me estás siguiendo? —Pregunta el de pelo negro.
—
Oh, bueno, viejo, este lugar será asaltado por "palomas" "dentro de poco... Pasó que te vi durante mi guardia... Tú... ¿Eres fuerte, no? —Agitando su palma en el aire, le responde sin preocupaciones.
—
Huffff... ¿Entonces pretendes que sea tu entretenimiento antes de tu batalla real...? —El de pelo negro se sigue alejando.
—
BIN-GO,
ese viejo ya está muerto cuando ya saben su rostro y nombre, yo solo quiero pelear... ¡Tengo una habilidad increíble, e invencible! —Y el de morado lo sigue desde detrás.
A donde va... Probablemente al helipuerto unos varios metros más adelante, pero no puede con ese tipo queriendo pelear.
—
Una inútil cirugía de 12 horas sí que te deja cansado... —El doctor dice que ese tipo ya está muerto, no más no le han avisado.
—
¿Huh?, ¿De qué mierda hablas? —El de morado no entiende nada.
—
¿Escucharás al menos mis razones para negarme?
Muchacho... Esta podría ser creo la segunda vez en que salvo o mato a alguien que no sea por encargo desde que estoy en este mundo.
—
¡¿Qué no me escuchaste decir que mi habilidad es invencible?! Vale la pena, y tanto que vale la pena, ¡Te sorprenderás aún si te la digo de frente! —Sigue fanfarroneando, creyéndose invencible.
El doctor procede a suspirar y agitar su brazo, le duelen las articulaciones por el esfuerzo físico y mental.
—
Eres del tipo obstinado, ¿Verdad? Supondré que nada de lo que diga te hará dejarme por las buenas, ¿No? —Voltea completamente y desatada su corbata desaliñada.
—
BIN-GO Y BIN-GO —Le apunta con sus dedos, feliz de que aceptará su reto.
—
Tú... Realmente deberías cuidar mejor tu espalda. —De buena fe, el doctor le da una advertencia.
—
¿Eh...?
El tipo agudiza su oído y coloca una mano en su oreja. Lo que sea que fuese a atacarlo, solo podría moverse sin causar sonido alguno, lo cual cree imposible.
—
¡Ja! Que truco más viejo, viejo... Mi maestro me enseñó a nunca...
Y al ver que el tipo no le hacía ni mínimo caso, el doctor se da la vuelta y comienza a caminar hacia el helipuerto otra vez. No pasa mucho tiempo hasta que una ráfaga roja le caiga encima al tipo de pelo morado... Los Kuruta, son expertos en moverse sin hacer ruido, entrenamiento básico.
El doctor esquiva los escombros de la explosión sin siquiera verlos ya que sigue mirando a su destino. Cuando se calma la cosa, para, voltea y ve la escena... La cosa, el búho, a capturado su presa.
—
Bueno... Iba a acabar igual de cualquier manera. —Con una expresión Smug ve el cadáver del molesto sujeto.
—
¿DEBÍ DEJARLO VIVO?
—
Hmmmm... M.E.H... Meh...
—
TE NECESITAMOS, MATSUDA.
—
Oh... Dale, ya estoy libre.
Y es así que el búho, dejando su armadura se sube al helipuerto junto a Matsuda, dejando el cadáver del de pelo morado en el cráter donde murió.
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...
>¿Para eso querías al mono?
Sí.
>¿Esto era necesario?
No.